Daniel Casanova

Segundo elemento en la intimidad con Dios

El segundo elemento para tener intimidad con Dios es el tiempo. El pasar tiempo con Dios, orando y leyendo la Biblia  es un misterio para algunos, un trabajo o una carga para otros; pero debe ser una ‘oportunidad’ para el verdadero hijo de Dios.  Pasar tiempo con Dios tiene que ser lo más importante para ti. Aquí la cantidad es tan importante como la calidad. Dios nunca está apurado; y nosotros si queremos cultivar la presencia de Dios, no podemos venir  a nuestro tiempo devocional, o la oración presionados por el tiempo. Nuestro tiempo de oración debe estar enfocado en la promesa de Dios cuando dice,  Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.  (Jeremías 33:3. Examina los cuatro verbos de la oración, 

Clama a mí’. El énfasis aquí está en la palabra a mí.  El clamor es un acercamiento a Dios; es desechando todas las demás ‘alternativas’ y enfocarnos en conversar solo con Dios. Nos acercamos confiadamente al trono de la gracia, creyendo que vamos a alcanzar misericordia y hallar gracia para los momentos difíciles. Hebreos.4:16 ‘Clama  a mi’ El clamor es un grito de desesperación y manifestación de urgencia. Hay una gran necesidad de encontrar la comunión con Dios.

Esperar

Deléitate asimismo en Jehová, y El te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en El; y El hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Salmos.34:4-6 La espera es difícil; pero no hay otra actitud más positiva. Hay una refrán callejero que dice ‘Si tu mal no tiene cura, ¿por qué te apuras? Y si tiene cura, ¿por qué te apuras?. 

No puede hacer apuros para venir a la intimidad con Dios.
Aprender

Y esta es la confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14-15 Vamos aprender a confiar en Dios y a depositar nuestras cargas sobre Él; no vamos a murmurar o a alejarnos de Él. Vamos a aprender a soltarnos en sus manos. 

Ver

Entonces vamos a ver  el resultado de clamar, esperar, aprender  ‘te enseñaré cosas grandes y ocultas’.  Cosas ocultas, que solo se ven a través de la revelación que viene de Dios. Esas cosas son las que Dios tiene para los que claman, esperan, y aprenden a confiar en el poder divino. Cuando el cristiano busca el reino de Dios primero, entonces todo lo demás viene como añadidura., y mucho más.  ¡No somos capaces ni de imaginarnos lo que Dios puede hacer por y a través de nosotros!  “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33 El que se acerca a Dios debe de creer que Él está para bendecir a aquellos que le buscan, no por lo que Él le pueda dar, sino por lo que Él es. “A un corazón contrito y humillado no lo desprecia el Dios nuestro.” La oración es el  medio de comunicación que no se puede lograr con rapidez. Es el proceso donde sembramos la semilla de la fe y no podemos esperar los frutos de la noche  a la mañana. Estimado hermano, no podemos venir ante la presencia de Dios apurado; tenemos que estar dispuestos a pasar tiempo con Dios para que su presencia sea una realidad. Por esa razón, el aprender a pasar tiempo ante la presencia de Dios puede ser un  gran desafío para usted. Quiere las cosas con rapidez y no sabe cómo esperar con paciencia. Usted no es el único. ¡Yo también quiero las respuestas a mis oraciones en el momento de concluirlas con el Amen!  Pero no sucede así. Casi siempre Dios me hace esperar el tiempo de Él, no mi tiempo. Para lograr la intimidad con Dios tenemos que darle el tiempo exacto a Dios para que Él se revele, no podemos estar apurados en nuestro tiempo devocional. Dios sabe exactamente cuánto tiempo tenemos que estar en el horno de la espera.